Salica- Escritos recientes

SUS ESCRITOS, MIS ESCRITOS Y DE OTROS AUTORES

En este lugar copio y pego todo los escritos que me moviliza porque me parece por alguna razon debe estar feo, una manera de compartir  con todos y buscar intercambiar opiniones

Si usted escribe y se desea sea incorporado a una obra de colección envíeme su obra adjunto a mail..aparecerá aquí y se propondrá se incluya en  la obra internacional  "Escritos Coleccionados" del Centro Net CS Cultura Productiva América Latina.

Escriba sin reparos: dariosalica2015@gmail.com
Gracias  
Dario Salica
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ATARDECER
Dario Salica

Claroscuros surgentes,
sombras discretas y predecibles
son mensajeros mudos de la noche próxima.
Un cielo azulino anuncia            
a la oscura profundidad que acecha
ansiosa por devorar la vida que transcurre
bajo la luz de los días cotidianos.
 Lenta y mansamente
el mundo se decolora
y de repente (en un instante)
el manto oscuro lo envuelve todo.

YUCATAN
Dario Salica

Como verdes brotes eternos
la selva invencible acecha
a las pétreas ciudades inmortales
que esperan silenciosas y pacientes
el regreso triunfal
de los hijos del maíz.
El mar portentoso e indomable
Moja a sus arenas blanquecinas
con las olas persistentes que,
como perpetuos atacantes mojados
 chocan con la brisa húmeda y eterna
que viene imbatible
 desde el ignoto mundo antiguo
 trayendo las pretéritas voces olmecas
en los atardeceres turquesas,
en los cenotes nocturnos
con el indestructible cenit del sol
 testigo luminoso
de esta tierra tan salvaje y tan bella
como la desnudez de la mujer
que tanto amo.



REGRESO
Dario Salica

El salón vacío
la muda azotea
reciben del ayer
mi melancólica visita  a esa infancia
tan lejana y aun perenne.

La habitación tan fría
con muebles desamparados
traen a mi recuerdo esos mismos muebles
acompañados,  por las risas
las lágrimas y los silencios
como ecos de mí y de los míos
que, como nostálgicos fantasmas ,
retornan del pasado.

El  regalo postergado

Dario Salica

Chicho siempre estaba aburrido. A pesar que vivía en la fábrica de juguetes de Papá Noel, su vida era  muy monótona, lo único que hacía era  deambular de un lado a otro, de un rincón a otro dentro de la gran fábrica.
Como era muy pequeño, nadie le prestaba mucha atención, por eso, también se sentía un poco solo. Pero lo que más le molestaba, era que a pesar de  los miles y miles de regalos que allí   fabricaban para todos los niños del mundo, él nunca había recibido ninguno, ni siquiera uno pequeñito.
Un buen día, cansado de  tanto tedio y soledad, fue a hablar con Papá Noel:
-Disculpa, Papá Noel, pero quisiera hablar con vos.
-¿Que sucede Chicho?- preguntó curioso Papá Noel.
-Sucede, que desde que vivo aquí, estoy muy aburrido, pues no tengo nada que hacer, además, a mí  también  me gustaría recibir un regalo, como los que vos fabricas para todos los niños.
Papa Noel, mirándolo divertido le dijo:
-Mira pequeñín, te propongo una cosa: Si me acompañas en el trineo la noche que reparta los juguetes, luego de entregar el último, te daré el obsequio  que realmente  vos necesitas.
-¡Trato hecho!-  respondió entusiasmado, Chicho.
La  noche de Navidad, Chicho, era el privilegiado pasajero del trineo que llevaba los regalos para los niños de todos los lugares del planeta Tierra.
Desde lo alto en el cielo, vio las pirámides de Egipto, al rato, la Gran Muralla China, luego, la Torre Eiffel, todos los mares y todas las montañas del mundo, hasta que cansado, se quedó dormido.
Pero cuando despertó, se encontró en una gran habitación, donde unos niños lo rodearon  y lo abrazaron gritando:
-¡Qué lindo...un perrito, un perrito!
-Chicho, ladró muy fuerte, agradeciendo todo el cariño que los pequeños le brindaban y moviendo la cola se puso a jugar con ellos.
 Papá Noel, sabiamente  le había obsequiado el mejor regalo de todos: una familia y un hogar.  



Dos mundos
Dario Salica
4 de Diciembre 2015

Corre por mis venas, sangre de dos mundos
Uno con misteriosos volcanes y profundos lagos oscuros
y otro de verdes praderas, y de  un azul cielo puro
Un mundo de grandes montañas
y  profundos valles andinos
el otro de blancas ciudades,  con bravos y celestes ríos.
Es que mis padres  me dieron
como una herencia perenne
sangre de dos mundos bellos,
 bellos… pero diferentes.
Por mi padre soy Diaguita
hijo de la madre tierra
y por mi madre Andaluz,
moro por descendencia.
Diaguita cercano al Inca
y de su amor por la tierra
hijo de  la Pachamama y de las noches de estrellas
Andaluz, juglar de fiestas eternas
y de noches de alegría
 cantaor de vivos  flamencos
y poeta de la vida .
De mis padres he heredado
sangre  de dos mundos viejos
soy eso que llaman criollo
¡y orgulloso de serlo!


Ricardito
Dario Salica

Narrar una historia especialmente interesante  notable o conmovedora que le haya sucedido a un docente en ejercicio de su función es una tarea harto difícil, no por la dificultad de encontrar alguna sino por las dificultad de elegir una entre todas las que seguramente cualquier educador que esta frente a un aula lo tuvo de protagonista , como actor obligado o simplemente  siendo testigo ocasional en el transcurso de su carrera.
Siendo preceptor desde hace veintiséis años, he tenido el privilegio de poder  apreciar cumpliendo este rol, como la educación, los educadores y los alumnos fueron experimentando notables cambios,  desde el vocabulario hasta la vestimenta aunque algunos de estos no necesariamente comparto, no porque sean malos o nocivos,sino simplemente por una irreconciliable diferencia generacional. Sin embargo, desde hacía un tiempo me daba la impresión  que a la nueva forma de educar le faltaba algo, no sabía qué, pues para mi esa ausencia no era visible, si bien podía observar las nuevas maneras y los diferentes resultados en la dinámica del ejercicio en la enseñanza,  no podía deducir que era lo que faltaba. Muchas veces me hacía la pregunta:
- ¿qué es lo que  falta?, ¿que se ha perdido?.

Hace unos años atrás tome la desicion de cambiar de escuela , trasladandome de una convencional de adolescentes en el turno tarde a otra nocturna para adultos.
Grande fue mi sorpresa cuando descubrí que en “la nocturna” casi no había estudiantes de edad avanzada como yo suponía , por el contrario su población estaba integrada por jóvenes de veintitantos años con la necesidad y el deseo de terminar el secundario.
Entre ellos había uno que pertenecía a la primaria de adultos de nombre Ricardo, de unos veinticinco años alto y flaco, de cabeza notablemente más grande que lo normal de ojos extraviados producto de una hipermetropía no tratada a tiempo pero de mirada transparente y sincera, buenos modales y muy respetuoso de sus compañeros y docentes.

Tenía la  sana costumbre de saludar todos los días al entrar y salir de la escuela, por lo que era un protocolo obligado escuchar:
-Buenas tardes preceptor.
-Buenas tardes Ricardito.

Para después a la salida:
-Hasta mañana preceptor.
-Hasta mañana Ricardito.

Solía observarlo en el recreo ,siempre muy serio escuchando a los demás alumnos contar sus historias sin  participar nunca de la conversación, pero oyendo muy atento todo lo que allí se comentaba y al toque de timbre era el primero en volver presuroso al aula.
Era muy apreciado por sus compañeros y creo que no era por su condición de alumno especial sino por su calidad de persona, era sincero, amable y buen compañero y en más de una oportunidad lo pude observar colaborando con las maestras en las diferentes actividades cotidianas de la escuela con mucha voluntad y predisposición.

-Hasta mañana preceptor.
-Hasta mañana Ricardito.
Una tarde de otoño, mientras recorría el pasillo de la escuela vi que estaba  parado en la puerta de su aula muy serio como siempre , esperando a su maestra, entonces me acerque para dialogar con el:
-Ricardito,¡hace mucho que vienes a esta escuela?
-Si preceptor, muchos años.
-¿Y que tal te va con las materias?
-Muy bien, al principio me cuesta entender pero luego la seño me explica a mi solo entonces lo aprendo bien y luego en mi casa estudio mucho.
-¡Que bien Ricardito  estudiando asi vas a ser el mejor alumno!
-No, solo estudió para ser mejor persona.
Su respuesta me dejó asombrado, en esa frase tan simple estaba la respuesta  a mi pregunta:
La esencia de la enseñanza es simplemente educar para hacer de nosotros mejores personas, tan simple y tan complejo como eso.
Las tendencias educativas modernas, la aplicación tecnológica en la pedagogía, las nuevas y revolucionarias teorías educativas no tienen sentido de ser, si no apuntan al  fin último y primordial .
¡Que increible!, la respuesta que por tantos años busqué en elucubraciones complejas y vanas, la encontré en el comentario inocente de un alumno especial en una escuela nocturna como cualquier otra . Así de sencillo, así de importante.
Entonces: ¿Seremos capaces de orientarnos nuevamente hacia la dirección adecuada? yo creo que sí, aunque encontrar la sencillez y la claridad en cualquier ámbito es tarea  arto difícil, tengo la esperanza que esto se puede recuperar sin anteponer intereses mezquinos trabajando con esfuerzo y dedicación genuina  ; esa esforzada dedicación de la que Ricardito hace gala para ejemplo de todos.

-Hasta mañana preceptor.
-Hasta mañana Ricardito……¡.y gracias!.


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